En este objeto de aprendizaje se explica la prueba de impacto y la interpretación de sus resultados.
Pruebas mecánicas a los materiales
Prueba de impacto
En un material, la propiedad de impacto indica su resistencia a la fractura cuando se aplica una fuerza sobre él.
La prueba de impacto es útil para conocer el comportamiento del material ante cambios súbitos en el esfuerzo aplicado, que le hacen presentar un comportamiento más frágil que en las condiciones de tensión y compresión usuales. La prueba consiste en golpear una probeta del material con un martillo sostenido en un sistema pendular. La diferencia angular o de altura del martillo, antes y después del golpe, nos dará la información de cuánta energía ha sido absorbida por el material antes de llegar a su fractura.
Existen dos versiones de la prueba, Charpy e Izod, cuya diferencia estriba en la probeta utilizada, así como en la colocación de ésta; en ambos casos la probeta puede contener una muesca triangular de 45 grados y 2 mm de profundidad.
En el caso de la prueba Charpy, la probeta es sostenida en una prensa con el costado más largo frente a donde recibirá el golpe (acostada) y la muesca centrada en el lado contrario a este punto. En la prueba de Izod, la probeta se sostiene del extremo cuadrado inferior (parada), y la muesca del lado contrario al punto donde recibirá el golpe. La energía de fractura obtenida se mide usualmente, en joules o en su defecto en libras pie. La capacidad de recibir impacto es también llamada tenacidad.
Una serie de pruebas a diferentes temperaturas podrá servir para encontrar la temperatura de transición del material, que indica el cambio de comportamiento frágil a dúctil debido al incremento de la temperatura. Las muescas en las probetas son utilizadas para conocer el comportamiento del material ante grietas o imperfecciones en su maquinado. Dado que no es posible controlar todas las condiciones de la prueba de impacto, su utilidad se restringe a la comparación o selección de materiales.