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Examinar la política industrial, así como sus principales características.

Estrategia

 

 

 

Política industrial


Análisis de la política industrial

 

Política industrial

Una tipificación común es la distinción entre políticas horizontales y verticales. Una política industrial de carácter horizontal está en principio dirigida a todos los sectores productivos de un país, sin distinción. Una política industrial de carácter vertical está dirigida hacia un sector específico. Por su parte, la teoría de las ventajas comparativas postula la liberación del comercio como el mecanismo mediante el cual el mercado puede lograr el ajuste estructural de la manera más eficiente posible.
                               
La política industrial basada en esta concepción postula que el gobierno no debe favorecer a nadie y que lo mejor es tener una política “horizontal” que asegure a todos los empresarios las mismas oportunidades, sin ningún tipo de discriminación. El gobierno no puede realizar una política industrial sectorial o selectiva porque implicaría favorecer a los ganadores, y además ésta no es siempre una elección eficiente, pues sólo puede asegurarse por medio del mercado.

La política industrial identifica dos posiciones. La primera busca conseguir que los recursos se asignen en actividades con mayor contenido tecnológico y en donde la demanda tenga su mayor expansión. Los instrumentos de esta política industrial parten de la idea de que la revolución microeconómica es responsabilidad de los empresarios; por ello, la política se limita a desregular para poder reducir las fallas del mercado, así como a construir un entorno que induzca a las empresas a la modernización.
En el contexto de esta política, durante el sexenio salinista, se manejó la figura de la empresa integradora, para que los pequeños y medianos empresarios lograran una nueva organización productiva. A su vez, la política de asesoría y capacitación define la estrategia de industrialización sin intervención directa del Estado.

La segunda posición plantea la añoranza del pasado y el señalamiento de que en México, en el pasado reciente, no existió política industrial, entendida como la planeación que todo gobierno debe de hacer para alcanzar las metas de modernización y competitividad en el sector manufacturero. Por esta razón, el gobierno debe intervenir seleccionando las actividades productivas que la expansión tecnológica y el crecimiento global, en cada etapa de la industrialización, deban encabezar. Esta selección puede basarse en la magnitud del valor agregado, tal y como la hicieron algunos países asiáticos. De acuerdo con este enfoque, las ramas que aporten más valor agregado deberán ser incentivadas directamente por la política económica.

Así se pueden tener las ventajas comparativas privadas que expresan la rentabilidad de un mercado y las ventajas comparativas sociales que manifiestan la eficiencia con la cual produce la sociedad.
Una política industrial basada en las ventajas comparativas sociales significa: un trabajo de búsqueda y selección de los sectores en los que el país esté haciendo su mejor esfuerzo en términos de eficiencia social, y detectar las potencialidades en cada rama y en cada establecimiento. No basta con la apertura externa para racionalizar la producción, pues las imperfecciones y fallas del mercado no aseguran la asignación eficiente de los recursos de un país.

En este sentido, es necesaria la medición de la competitividad y la eficiencia de los diferentes sectores manufactureros. Medir la competitividad implica conocer en cuáles bienes se puede competir actualmente con ventaja en el mercado mundial y en cuáles mercancías no se tiene esa capacidad de competencia. Medir la eficiencia social de la economía significa tener una idea más precisa de las potencialidades y de la rentabilidad social de la misma, tanto en el corto como en el mediano plazo.

 

La competitividad en la política industrial

La competitividad es la aptitud para vender aquello que es producido.

Significa la capacidad de las empresas de un país de diseñar, desarrollar, producir y vender sus productos en competencia con las empresas localizadas en otros países.

La competitividad industrial es una medida de la capacidad inmediata y futura de los industriales de diseñar, producir y vender bienes cuyos atributos, en términos de precios, y más allá de los precios, se combinan para formar un paquete más atractivo que el de productos similares ofrecidos por sus competidores. El juez final es entonces el mercado.

La capacidad de una industria (o empresa) es producir bienes con patrones de calidad específicos, requeridos por mercados determinados, utilizando recursos en niveles iguales o inferiores a los que prevalecen en industrias semejantes en el resto del mundo, durante un cierto periodo de tiempo.

Una empresa es competitiva en la producción de un determinado bien cuando puede, por lo menos, igualar los patrones de eficiencia vigentes en el resto del mundo en cuanto a utilización de recursos y calidad del bien.

Una empresa (o una economía nacional) será competitiva si resulta victoriosa (o en una buena posición) en la confrontación con sus competidores en el mercado nacional o mundial.

 

Caracteristicas de la política industrial

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