Son aquellos que se relacionan con los activos de operación, tales como el terreno, el edificio, la maquinaria, etc. Es decir, todos los bienes necesarios para la constitución de la capacidad productiva de una empresa. Estas necesidades tienen un horizonte de planeación y control de largo plazo y dan lugar no sólo a una empresa de nueva creación, sino posteriormente a los proyectos de inversión.
Las necesidades de operación se refieren a la adquisición de los insumos que permiten la producción de bienes para su posterior venta. Dentro de estas necesidades se encuentra la compra de materia prima o mercancías, el pago de sueldos y salarios, el pago de gastos, la generación de inventarios de producción terminada y en proceso, las cuentas por cobrar y las cuentas por pagar, o sea, el capital de trabajo. Su horizonte de planeación y control es de corto plazo. Además, a medida que se incrementa la demanda potencial de un negocio, aumentan las necesidades de corto plazo, por lo tanto, deben ser prioridad.