Saltar la navegación

Concepto y clasificación

El origen de la palabra "persona" proviene del medio teatral de la antigua Roma, donde un actor utilizaba una máscara o careta, también denominada "persona", para hacer resonar con mayor fuerza su voz. Después, al mismo actor enmascarado se le denominó con este término y también, al personaje que desempeñaba.

Con el tiempo, la palabra "persona" fue incluida en la jerga jurídica para hacer referencia al individuo adjudicado de representación propia en el derecho. También se aplicó en la vida cotidiana para distinguir la función que ejecutaba cada sujeto en la sociedad: la "persona" del cobrador, la "persona" del adeudado, la "persona" del magistrado. Y así como un actor podía desempeñar varios papeles, algunos individuos podían asumir varios roles dentro de la sociedad y con ello eran sujetos de derechos y obligaciones provenientes de las correspondientes relaciones sociales y jurídicas.

El término "persona" fue evolucionando hasta que se identificó con el de ser humano, sin tener peso la función que éste eximía dentro de la sociedad. Actualmente, el término persona representa a toda entidad física o moral susceptible de ejercer derechos y asumir obligaciones.

Dentro del contexto jurídico existen dos tipos de personas: físicas y morales o jurídicas. El ser humano es una persona física. Una institución o una empresa es una persona moral o jurídica cuyo origen es artificial porque por mano propia no puede ejercer sus derechos ni dar cumplimiento a sus obligaciones y ejerce sus funciones a través de sus órganos.